Bordeamos las costas de Bretaña con algún desvío hacia al interior de la península. Comenzando en
Nantes, conocemos algunos de sus lugares más emblemáticos y otros más
desconocidos y fuera de las rutas más habituales, como el Valle de los Santos
en Carnoët o el bosque de Huelgoat.Debido a su relativa cercanía siempre estaba ahí como una opción,
aunque finalmente decidiéramos viajar a otros destinos. Con la pauta de vacunación completa y nuestro pasaporte COVID en la
mano, decidimos que esta vez la Bretaña francesa si sería nuestro destino.
Construcciones de piedra y entramados de madera, fortalezas y
castillos, pequeños pueblos de costa o del interior, acantilados y bosques que
han dado pie a cuentos y leyendas. Todo eso es Bretaña, Breizh en idioma bretón,
una tierra con carácter propio y que es uno de los destinos clásicos de los
viajes en autocaravana.
Son tantos los lugares que ofrece Bretaña que necesariamente
hay que realizar una selección que permita disfrutar del viaje sin agobios.
Este cuaderno de viaje describe los que nosotros escogimos, con la seguridad de
que volveremos para completar un recorrido por una tierra que nos
ha enganchado y en la que nos quedan tantos sitios por descubrir.
Nantes (km. 0)
Situada en el estuario del Loira, Nantes (Naomed en bretón) en la actualidad pertenece a la región de Países del Loira, pero el castillo de los Duques de Bretaña recuerda que fue la capital histórica de Bretaña.
Sexta ciudad de Francia, fue declarada Capital Verde Europea en 2013 y además de su patrimonio arquitectónico, la ciudad es sede de numerosos museos, entre ellos, el dedicado a Julio Verne al ser su ciudad natal.

Estacionamos y pernoctamos en el
Camping Nantes [47.242699, -1.557920] de propiedad municipal y con unas instalaciones de 5 estrellas y que se encuentra muy próximo a la parada de Tranvía de ‘Morrhonnière-Petit Port’ de la línea 2, que conecta con el centro de la ciudad en pocos minutos.
Disponen además de información turística
en español (entre otras de la guía gratuita “Nantes, el viaje permanente”
que se actualiza todos los años).
El área de autocaravanas [47.243301, -1.556760] se encuentra
en un lateral del Camping y es de pago. Dispone de 15 plazas todas ellas con
mucha sombra, pero bastante inclinadas y solo dispone de un punto de
electricidad.
Nantes dispone de su propia tarjeta turística, que a partir de 48h., en nuestra opinión, es bastante
rentable. Se puede adquirir en el camping.
Como curiosidad, una línea verde pintada en el suelo de las
calles de Nantes te permite recorrer la ciudad pasando por los monumentos y
lugares más emblemáticos de la misma.
El Barrio Bouffay es el barrio histórico donde se encuentran
el Castillo de los Duques de Bretaña y la Catedral de Saint-Pierre y Saint-Paul.
El Barrio Feydeau, antigua isla que en la actualidad está
unida a la ciudad destaca por sus edificios del siglo XVIII.
La Île de Nantes, lugar donde se encontraban los importantes astilleros de la ciudad y que, tras la reconversión industrial, es ahora un espacio de arte urbano y edificios singulares a orillas del Loira.
En ese espacio se encuentra un proyecto artístico que se sitúa a medio camino entre los mundos inventados de
Julio Verne, el universo mecánico de Leonardo da Vinci y la historia industrial
de Nantes, Les Machines de L'île.
En el Barrio Graslin, a orillas del Loira, se ubica el Memorial
de la Abolición de la Esclavitud, que conmemora los millones de víctimas de la
esclavitud y aquellos que contribuyeron a su abolición y que reconcilia a
Nantes con su pasado, ya
que fue el principal puerto negrero de Francia en el siglo XVIII. El monumental
Pasaje Pommeraye del siglo XIX, posee tres alturas acompañadas de una
magnífica escalera decorada y presidida por estatuas de los espíritus de las
Artes y las Ciencias.
O el Barrio de Chantenay, en la colina de Sainte-Anne, punto
panorámico de Nantes y del estuario del Loira, antiguo barrio donde vivían los
trabajadores de los astilleros con estructura de pueblo dentro de la ciudad y que
alberga el Museo de Julio Verne y el Planetario.
Otro de sus atractivos son sus espacios verdes y sus jardines, como Le Jardin Des Plantes, jardín botánico que recoge múltiples variedades de
plantas que traían los navegantes hasta la ciudad, siendo una de las
principales colecciones de Francia o el Jardín Japonés de la Île de Versalles
en la desembocadura del río Erdre.
Rochefort en Terre - Malestroit - Josselin
Rochefort-en-Terre se alza sobre un peñasco rocoso y
pertenece a la red Les Plus Beaux Villages de France y a
la red de Petit Cités de Caractére. Estacionamos en el parking reservado para autocaravanas [47.699699,
-2.333640] que se encuentra en las inmediaciones del pueblo. Hay un poste donde
se debe efectuar el pago de la estancia (5€ por 24h.). Se puede pernoctar pero no dispone de borne de servicios.
En un agradable paseo recorriendo su antiguo burgo desde la
plaza Saint-Michel hasta los restos de su castillo medieval del siglo XII (que
alberga un bonito parque perteneciente a una casa solariega que ocupa el espacio que antes pertenecía al castillo), encontramos
casas de los siglo XVI al XVIII y antiguos palacetes.
También destaca su Lonja en forma de herradura, el lavadero,
la colegiata Notre-Dame-de-la-Tronchaye del siglo XII y reformada en el siglo XVI y sus puertas fortificadas.
Es un lugar muy turístico y por tanto dispone de numerosas
tiendas de artesanía y restaurantes.
El siguiente destino es Malestroit, conocida como la perla del Oust y perteneciente a la red de Petites Cités de Caractère de Francia. Las aguas del río Oust y las antiguas calles se abren paso entre las fachadas de piedra y las casas con entramado de madera. Las estrechas callejuelas conducen hacia el canal de Nantes a Brest: la presa, el molino, la esclusa y al camino de sirga.

Intramuros, destacan la Place du Bouffay, las calles General de Gaulle, Sainte-Anne y des Ponts (casas de los siglos XV y XVI), la Iglesia de Saint-Gilles (siglos XII-XVI) y la capilla de la Madeleine (que en 1343 acogió a los firmantes de una tregua durante la Guerra de los Cien Años), entre otros lugares de interés.
Pernoctamos en el camping Les Rives de l'Oust, municipal [47.807201, -2.378800] en la misma población y que dispone de unas estupendas instalaciones.
Emprendemos rumbo con destino a la ciudad
medieval de Josselin, que forma parte de la red de Pequeñas Ciudades con Carácter al igual que Rochefort en Terre y Malestroit.
Estacionamos en el parking gratuito para autocaravanas que se encuentra en el centro de la población, en la Place Saint Martin [47.956309, -2.549918] y que dispone de plataforma de servicios.
Extramuros, cruzando el río L’Oust, existe una zona de estacionamiento de autocaravanas en el Chemin de Glatinier que no dispone de zona de servicios [47.953194, -2.554978].
Fundada en el siglo XI, se fue desarrollando entorno al Castillo que adoptó su forma actual en el siglo XIV.
El Castillo alberga un Museo del Juguete, que está considerado como la colección privada de muñecas y juguetes más importante de Francia.
El pequeño centro medieval de Josselin tiene bonitas calles con las casas típicas de vigas de madera. Andando desde el parking hacia el casco antiguo nos encontramos con la Maison des Porches, del siglo XVI que alberga la Oficina de Turismo.
Un poco más adelante está la Basílica de Notre Dame du Roncier del siglo XI, si bien la mayor parte del edificio data del siglo XV. Camino de su impresionante Castillo se encuentra la Plaza de Notre Dame, centro de la ciudad antigua. Saliendo de la ciudadela se llega al paseo a orillas del canal de Nantes a Brest. Con la ciudadela fortificada al fondo, es un entorno que no hay que perderse.
De regreso a la autocaravana, entramos en un horno tradicional Breton con el objetivo de comprar uno de los dulces más típicos de la región, el kougin-amann. Es un pastel de masa de pan con mantequilla, caramelizado por dentro y crujiente por fuera, tras la fusión de la mantequilla y el azúcar durante la cocción. Sería el primero de unos cuantos más que nos fueron acompañando durante todo el viaje.
Vannes
En bretón Gwened (la blanca), es la capital del departamento de Morbihan. Fué fundada a finales del siglo I a.C, y desde el siglo V, se convierte en sede episcopal. En los siglos XII y XIII se reconstruyó la catedral, se mejoraron las murallas y se estableció una red viaria centrada en torno a los edificios principales. Al final de la Edad Media era una de las principales ciudades bretonas.
Pernoctamos en el Área de Autocaravanas perteneciente a la red de Áreas de Camping-Card Park [47.633091, -2.780091]. Situada junto al pinar y la playa de Conleau, para ir a la ciudad hay que tomar el autobús 3 o D1, que tiene la parada justo enfrente del área y que en aproximadamente 20' te deja en la plaza Gambetta, desde donde se accede su casco histórico. La plaza, situada frente al puerto, tiene aires de localidad costera. Aprovechamos para comer en una de sus numerosas terrazas antes de entrar en el casco antiguo por la puerta de Saint-Vincent.
Cruzando el pórtico, aparece una calle bordeada de edificios del siglo XVII. Alrededor de la plaza des Lices, distintos palacetes se alternan con casas medievales de entramado de madera.
En su casco histórico destaca la catedral de San Pedro, donde San Vicente Ferrer, fallecido en Vannes en 1419 está enterrado en el coro de la catedral.
Vannes posee un importante patrimonio de casas con entramado de madera. Las más antiguas datan del siglo xv, aunque son escasas. Las más imponentes, debido a su decoración, especialmente en los voladizos, datan del siglo XVI.
En la calle Saint-Salomon o en el barrio de Saint-Patern puede verse este tipo de casas, cuya planta baja se aprovecha para abrir tiendas. La estructura de estas casas consta de dos soportes verticales apoyados sobre soleras de madera horizontales.
Desde la Puerta Prison se accede al paseo de la Garenne, que bordea un jardín de estilo francés que acompaña en su recorrido a las murallas del siglo XIII.
Auray - Carnac - Pont Aven
Nos dirigimos al puerto de
Saint-Goustan en Auray, que se encuentra escondido en el fondo de una ría y conserva
sus calles adoquinadas y sus casas de entramado de madera y los viejos muelles.
Aparcamos, no sin dificultad ya que era día de mercado, en el área de autocaravanas [47.665501, -2.990310].
Es gratuita y con servicios y se encuentra a unos 15 minutos andando del puerto. Adecuada para realizar la visita, pero no nos pareció un buen sitio para pernoctar ya que las plazas están muy inclinadas y la plataforma de servicios es de difícil acceso.
Para bajar al puerto, hay que dirigirse a las rampas de acceso al río Loch construidas sobre las ruinas de una fortaleza.
Tras cruzar un puente de cuatro arcos de piedra del siglo XIII, se llega a la plaza Saint-Saveur que se encuentra rodeada de casas señoriales. Las callejuelas empinadas conforman el barrio portuario, que conserva numerosas de casas de los siglos XV y XVI con fachadas con entramado de madera y voladizos.
Como curiosidad, el muelle portuario lleva el nombre de
Benjamin Franklin porque fue aquí donde desembarcó cuando llegó a Francia en
diciembre de 1776 para pedir el apoyo francés para los estadounidenses en la
Guerra de Independencia de Estados Unidos.
Terminada la visita nos dirigimos a conocer los alineamientos
de Carnac que se consideran el monumento prehistórico más extenso del mundo (3.000
menhires se levantan sobre los campos y trazan líneas de prácticamente 1 km), erigido
durante el Neolítico entre los milenios V y III a.C.
Nosotros visitamos el alineamiento de Ménec y recorrimos el
sendero señalizado que lleva a los alineamientos y al dolmen de Kermario (2 km.
aproximadamente). La verdad es que impresiona la cantidad y el tamaño de
algunos de ellos.
Se puede estacionar en las plazas reservadas para autocaravanas en la Maison des Mégalithes [47.590266, -3.084768], centro de recepción e interpretación de los alineamientos. Existe otra alternativa que es el parking del dolmen de Kermario [47.596222, -3.068417], parking de tierra sin plazas reservadas para autocaravanas.
Como opción se puede coger un pequeño tren que realiza un
recorrido por los lugares más importantes: Ménec, Kerlescan y Kermario.
Como decidimos dejar la península de Quiberon para otra ocasión
ya que estaba a rebosar al estar en pleno mes de agosto, decidimos continuar
hasta el siguiente punto de nuestra ruta, Pont Aven, en el Finisterre francés.
Llegamos a media tarde y estacionamos y pernoctamos en su área
de autocaravanas [47.854031, -3.743317] cerca del centro del pueblo y que
pertenece a la red de áreas Camping-Card Park .
Se encuentra en el estuario del río Aven y aparte de sus paisajes, debe su notoriedad a la escuela de pintores que tuvo a Paul Gauguin por maestro. Debido a ello, cuenta con numerosos talleres y galerías de artistas, lugares de exposición y un museo de Bellas Artes.
Pont Aven es un pueblo con casas de granito, muchas de ellas
del siglo XVII y bonitos rincones a orillas del río. El paseo Xavier-Grall
conduce de una orilla a otra por diferentes pasarelas, junto a los lavaderos y compuertas
que riegan los canales de los antiguos molinos del siglo XV que se conservan, algunas
de cuyas ruedas han sido restauradas.
Pointe du Raz – Saint Goazec
La mañana siguiente a nuestra llegada era día de mercado, por lo que decidimos
visitarlo y realizar algunas compras. Tras comer en uno de los típicos
restaurantes de Pont Aven, preparamos la marcha hacia la Pointe du Raz.
Esta punta marca el extremo más oeste de Francia y sus
acantilados de setenta metros ofrecen unas increíbles vistas.
Estacionamos en el parking de pago (6,5€ tarifa diaria)
reservado para autocaravanas [48.037423, -4.716252] y donde se puede pernoctar.Recorrimos a pie el sendero que siguiendo los acantilados comienza en la Cruz Celta y se dirige
hacia la estatua de Nuestra Señora de los Naufragios y la Pointe de Raz. El
regreso lo efectuamos por el sendero que sale desde detrás del faro y llega
hasta el Centro de Interpretación (unos 3 km. aproximadamente).
Tuvimos la oportunidad de disfrutar de una puesta de sol
espectacular.
Como todavía quedaban horas de luz, decidimos no pernoctar allí y acercarnos hasta nuestro siguiente destino, el Bosque de Huelgoat. El lugar elegido fue el Camping de Saint Goazec [48.16853, -3.77578] de la red Camping-Card Park .
Bosque de Huelgoat – Valle de los Santos (Carnoet) -
Saint Goazec
Esta etapa nos conduce por lugares de la Bretaña menos
conocidos y en muchos casos fuera de los circuitos turísticos más habituales.
Situado en el Parque Natural de Armórica, el bosque de
Huelgoat, es la cuna de numerosas leyendas celtas, aunque es conocido sobre
todo por la curiosidad y la originalidad de sus peñascos.
Es un lugar no masificado, en el que se puede disfrutar de la
naturaleza al mismo tiempo que es divertido ir identificando durante el paseo
las formas originales de estas rocas: la roca temblorosa, la gruta de Arturo
que se asemeja a una caverna, el abismo y su impresionante cascada de agua para
perderse bajo la tierra, la Cueva del diablo, el hongo, la casa de la Virgen,
el estanque de jabalíes o el estanque de hadas.
Para visitarlo, estacionamos en el área de autocaravanas [48.360699,
-3.756370] que se encuentra en la población que da nombre al bosque.
Es gratuita
y el borne de servicios se encuentra a la entrada del camping que hay tras el
área.
Desde el área hay que seguir el sendero que bordea el lago y
una vez en la población, seguir la ruta señalizada,
aunque hay que tener cuidado ya que en algunos lugares las indicaciones
resultan algo confusas.
Una vez finalizada la ruta y tras comer en el área, nos dirigimos
a otro lugar que se escapa de las rutas más conocidas: El Valle de los Santos
en Carnoët.
El carácter singular del Valle de los Santos se debe a que se trata, a la vez, de un lugar histórico y el
lugar donde se encuentran las 63 esculturas monumentales de santos bretones de
entre 3 y 4 metros de altura, realizadas en bloques de granito bretón.
El Valle alberga también una fuente cuyas aguas, según la
creencia popular, tienen el poder de curar a los animales y fluye bajo una capilla del
siglo XVI.
En el centro, se encuentra un mirador sobre un promontorio que fue antiguo castro, desde donde se ven las cimas de los Montes de Arrée y el bosque de Fréau.
Para su visita, se debe estacionar en un parking de pago (6€ por 24h. en temporada alta) que dispone de zona reservada para las autocaravanas [48.371656, -3.546506] sin servicios, pero donde si se desea, se puede pernoctar.
La entrada es gratuita, pero existe la posibilidad de
realizar visitas guiadas previa reserva en su página web.
Como necesitábamos hacer uso de los servicios de vaciado y
llenado, decidimos regresar al Camping de Saint Goazec. Pero si regresamos al valle, seguro que pernoctaremos
allí, ya que por la noche seguro que es un lugar mágico.
Meneham (Kerlouan) - Roscoff - Henvic
Nos dirigimos hacia el extremo norte del Finisterre francés, hacia la conocida como la costa de las Rías, conocida también como la costa de las Leyendas.
El origen de Meneham (en bretón Menez-Ham que significa la aldea detrás de la montaña), se asocia a la construcción de un gran número de casetas de vigilancia en la costa bretona en el siglo XVIII.
Aparcamos en su área de autocaravanas [48.667400, -4.365390] de pago (8€ por 24h.), que se encuentra al borde de la playa separada solo por las dunas que la rodean.
Los habitantes de esta pequeña aldea se dedicaban a la pesca costera y la cosecha de algas. Las algas se utilizaban como fertilizante o se quemaban en hornos para extraer el yodo. Todavía se puede ver un horno de algas en la duna, cerca del puerto de Meneham.
La restauración de la aldea la ha convertido en un lugar pintoresco, junto a los bloques de granito que surgen de las aguas y pueblan la costa que constituyen una curiosidad geológica, lo que hacen de este, un lugar especial.
Continuamos por la carretera D-10 siguiendo la costa hasta Roscoff, situado en la bahía de Morlaix. Está otra de las ‘Petit Cité de Caractére’ que se encuentran en Bretaña.
Es una importante terminal marítima ya que desde su puerto salen ferris que van a Plymouth, en el Reino Unido y a Cork, en Irlanda.
Estacionamos en el parking de la Rue Célestin Seite [48.724499, -3.985500] de pago del 15 de junio al 15 de septiembre en horario de 09,00h. a 19,00h.
La mayoría de las casas de Roscoff son de granito y están en perfecto estado de conservación. Su casco histórico permite contemplar las mansiones góticas y barrocas construidas entre los siglos XV y XVII y la Iglesia de Nuestra Señora de Croas Batz, cuyo origen se remonta al siglo XVI.
Terminada la visita, vamos a pernoctar al área de autocaravanas de Henvic, perteneciente a la red Camping-Card Park [48.633839, -3.92997].
Trégastel - Ploumanach - Lanloup
Salimos en dirección a la Costa de Granito Rosa que se encuentra entre Trébeurden y Perros-Guirec y se llama así por los gigantescos bloques de granito que surgen del terreno al borde del litoral y las tonalidades que presenta, debido a que contiene minerales de feldespato potásico en su composición.
Nuestro destino es Trégastel. Aparcamos en su área de autocaravanas de pago que se encuentra en la Rue de Poul Palud [48.824279, -3.499232], cerca de un Super U con gasolinera.
El sendero hasta el faro de Men Ruz comienza justo detrás del área y nos conduce entre pinos hasta llegar a la línea de la costa, siguiendo el camino que va hasta el Lac des Cignes y desde ese punto, se continúa por la senda que va hasta la playa de Tourony.
En ocasiones la senda se ve interrumpida por los bloques graníticos y algunas construcciones que obligan a dar un rodeo para continuar la ruta.
Desde Tourony se ha de cruzar el puente sobre la ría, donde se encuentra un molino de mareas que data del siglo XIV completamente restaurado y que se puede visitar. Bordeando la ensenada del puerto de Ploumanach hasta su otro extremo en Saint-Girec y siguiendo el Sendero de los Aduaneros, se alcanza el Faro de Men Ruz.
Para la vuelta y una vez alcanzado el puente de nuevo, se puede seguir en línea recta siguiendo por el lateral de la carreta hasta el área y así acortar el regreso. Ida y vuelta son aproximadamente 8 km de recorrido.
Una vez terminada la ruta, decidimos seguir camino hasta Lanloup, cerca de Paimpol, con la intención de pasar el fin de semana que comenzaba descansando en un pequeño camping que habíamos localizado, el Camping Le Neptune [48.713716, -2.967000].
Como curiosidad, Lanloup dispone de una bonita iglesia cuyo edificio original data del siglo XIII. Fue reformada en los siglos XV y XVI y conserva un interesante pórtico lateral abovedado, adornado con las estatuas de los 12 apóstoles.
Saint Malo
Estacionamos en el parking de pago (7,50€ por día) de la Rue Paul Feval [48.643501, -1.994030]. Con el ticket del parking hasta 5 personas pueden viajar gratis en el autobús de la línea 2 que te lleva hasta el pie de las murallas, junto a la oficina de turismo. Tiene un límite de estancia continuada de cuatro días.
En frente del acceso al parking se encuentra una plataforma de servicios para autocaravanas de uso gratuito [48.643606, -1.994591].
El Rey de Francia designa a Saint-Malo ciudad corsaria y así empieza una gran persecución a los buques ingleses y españoles. Su objetivo principal era cortar los canales marítimos y comerciales a las naciones enemigas. A diferencia de los piratas, los corsarios eran marineros que pertenecían a la tripulación de los buques civiles armados por el rey y bajo la orden del gobierno.
Durante la Segunda Guerra mundial, la ciudad es destruida por los bombardeos de las fuerzas aliadas, pero ha sido reconstruida de forma casi idéntica.
La construcción de las murallas de granito que encierran toda la ciudad data del siglo XII, aunque fueron ampliadas durante la Edad Media.
De la muralla original solo queda una parte en el lado oeste de la ciudad, entre la torre de Bidouane y el bastión de Holanda.
La mejor manera de conocer la ciudad es recorrer en su totalidad el camino de ronda y antes o después callejear intramuros, donde se encuentran buena parte de los monumentos históricos de la ciudad: la Catedral de Saint-Vincent, el Castillo construido por los duques de Bretaña, la torre Quic-en-Groigne, la casa Pélicot y las casas de los armadores, etc.
La muralla tiene 6 puertas entre las que destacan la Porte de Saint Vicent y la Grand Porte, que antiguamente era la puerta principal de la ciudad.
Frente a Saint-Malo, en una pequeña isleta, se encuentra el Fuerte Nacional construido en 1689 por Vauban, al que se puede llegar caminando cuando hay marea baja.
Aunque sea un destino excesivamente turístico, merece la pena y disfrutamos mucho recorriendo sus calles y murallas.
Mont Saint-Michel
Marca el límite entre Bretaña y Normandía, perteneciendo a esta última región de Francia. El monte y su bahía, fueron declarados en 1979 como Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO.
Es la atracción francesa más visitada fuera de París, por lo que es aconsejable en temporada alta visitarlo a primera hora del día para escapar de las aglomeraciones.
El Monte Saint-Michel es el escenario de las mareas más grandes de Europa. Cuando el coeficiente de la marea supera 110, el Monte se vuelve a convertir en una isla durante unas horas. El agua cubre el dique sumergible y la roca se queda sin accesos al continente.
Para acceder es necesario estacionar los vehículos en los aparcamientos que están situados a 2,5 kilómetros del Monte Saint-Michel. En el parking, cerca del centro de información turístico, se toma el bus que es gratuito. Funciona de forma continua de 7h30 a 00h00. El trayecto dura unos 12 minutos y es accesible a las personas con movilidad reducida.
Caminando existen tres itinerarios: el lindero, las orillas del río Couesnon y el recorrido central. Cada recorrido supone unos 40 – 50 minutos de caminata.
Las autocaravanas disponen de una zona específica dentro del nuevo parque de estacionamiento en la zona P8. Se puede pernoctar si se desea, aunque no dispone de zona de servicios.
Nosotros optamos por el área de autocaravanas de pago de Beauvoir [48.594242, -1.512367], que dispone de todos los servicios y está a 2 kilómetros de la salida de las lanzaderas al Mont y conectada directamente por una vía verde a lo largo del río Couesnon.
La oficina de Turismo está ubicada en la roca intramuros, después del puente levadizo en la calle principal. Es recomendable acudir a ella al inicio de la visita y obtener el plano - guía de la visita. Es gratuita y está disponible en español.
La Grande Rue es la arteria principal del pueblo que ha conservado sus tiendas y carteles medievales. Las casas de la Grande Rue esconden pequeños jardines amurallados, que se pueden ver desde las murallas o desde los callejones y escaleras suspendidas.
El paso del puente levadizo conduce también, a la derecha, al camino de ronda de las murallas. Siete torres se comunican entre sí por una pasarela abierta al público. La Torre Norte (siglo XIII) es un excelente punto de observación de la bahía.
Antes de llegar a la Abadía se encuentra la Iglesia parroquial de Saint Pierre, erigida entre los siglos XV y XVI. Presidiendo su entrada se encuentra una estatua de Juana de Arco.
La Abadía benedictina alberga diferentes estructuras arquitectónicas construidas en estilos carolingio, románico y gótico. donde se superponen las diferentes edificaciones necesarias para las actividades del monasterio benedictino, en un espacio reducido.
Este es el único lugar de pago. Existen visitas guiadas en español y también si se desea, se puede realizar la misma por libre con ayuda de una audioguía.
Fougères
Fougères fue un enclave muy importante en la lucha por las fronteras de Bretaña y su castillo medieval, fundado en 1020, está considerado la fortaleza más grande de Europa en mejor estado de conservación. Pasear por las calles del casco antiguo, permite descubrir sus casas medievales de entramado de madera.
La fortaleza es un vasto complejo defensivo edificado entre los siglos XII y XV con sus trece torres cubriendo una superficie de dos hectáreas y sus fortificaciones, antaño rodeadas de agua, han sido restauradas por completo. Siguiendo el camino de ronda se disfruta de unas bonitas vistas a las murallas y a los jardines del pueblo.
Fougères también es sinónimo de numerosos espacios verdes como el jardín público que corona el barrio medieval alrededor de la iglesia de Saint-Sulpice o las dos hectáreas de Val Nançon a las que se accede desde el castillo por la callejuela de Vaux.
Para la visita estacionamos en el área municipal de autocaravanas [48.355202, -1.211130], gratuita y que dispone de todos los servicios, ubicada en las inmediaciones de la fortaleza.
El Bosque de Brocéliande
Las 7.000 hectáreas de bosque que rodean Paimpont son los restos de un oquedal más denso y mucho más extenso en el que se suelen situar los episodios de las novelas de la Mesa Redonda y las leyendas artúricas que transcurren en el llamado Bosque de Broceliande.
Paimpont está situado en el centro del bosque y es el lugar donde se encuentra el área de autocaravanas, en la Rue de l'Enchanteur Merlin [48.022800, -2.170740].
El acceso se efectúa mediante un poste a la entrada, en el que tras abonar los 6€ de tarifa, se puede entrar y salir cuantes veces se desee a lo largo de 24h tecleando el código que se encuentra en el justificante de pago.
Su abadía, situada a orillas del lago de Paimpont, fue originalmente un simple priorato fundado en el siglo VII. Las etapas de construcción y expansión de la abadía se observan en su construcción. El rosetón, el pórtico de la iglesia y las bóvedas de madera son de estilo gótico, mientras que la decoración interior es de estilo Barroco.
Situada en el corazón de los edificios históricos de la abadía de Paimpont, se encuentra La Puerta de los Secretos, Centro de Interpretación e Información del Bosque de Brocéliande que tiene un recorrido expositivo interactivo. Dispone de audioguías en español.
En el pueblo se encuentran bares y restaurantes, algunas tiendas y es posible alquilar bicicletas si se desea.
Se puede acceder al inicio de las diferentes rutas (el circuito del Valle sin Retorno y el árbol de oro, el circuito de Merlín, el circuito de Lancelot, el paseo al borde del lago de Paimpont, etc.) con el vehículo, solo hay que tener en cuenta que en algunos lugares aparcar puede ser complicado, sobre todo para autocaravanas de mucha longitud.
El regreso a casa.
Iniciamos el regreso a España vía Nantes. En nuestra ruta no visitamos grandes ciudades como Brest o Rennes y nos quedaron también otros lugares destacados de la Bretaña por conocer: la Pointe de Penmarc’h, la península de Crozon, el Cap Fréhel o la península de Quiberon.
Bretaña es un destino en autocaravana excepcional, por lo que seguro que volveremos y con esos lugares y otros nuevos, planearemos una nueva ruta por la Bretaña que aún nos queda por descubrir.
*Clickeando sobre cualquiera de las fotografías, accederás a la galería completa de la entrada en tamaño real.
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