Ruta por las capitales del Imperio Austrohúngaro
En esta ocasión, visitamos las ciudades de Budapest, Viena, Bratislava y Praga.
Se puede consultar en la serie de entradas del blog dedicadas a 'Los Balcanes occidentales' el recorrido y los detalles de nuestro viaje a las ciudades de Ljubljana, Zagreb y Sarajevo.
El Imperio austrohúngaro o Austria-Hungría fue un Estado
europeo creado en 1867 tras la derrota del Imperio austríaco en la guerra
austro-prusiana, que llevó al llamado Compromiso austrohúngaro, creando una
alianza militar y diplomática entre los dos Estados soberanos bajo el mismo
monarca de la Casa de Habsburgo-Lorena, quien recibió los dos títulos de
Emperador de Austria y Rey de Hungría.
En 1914, en vísperas de la Primera Guerra Mundial que lo
llevaría a su disolución, el Imperio tenía una extensión de 675 936 km² y una
población de 52 800 000 habitantes, siendo considerado una de las grandes potencias
europeas y mundiales, destacando especialmente por su prestigio cultural,
artístico e intelectual.
Austria-Hungría fue una de las Potencias Centrales en la
Primera Guerra Mundial, que de hecho empezó con una declaración de guerra
austrohúngara contra el Reino de Serbia el 28 de julio de 1914, tras el
asesinato del heredero de la corona austrohúngara, el archiduque Francisco
Fernando de Austria y de su esposa, Sofía Chotek, en Sarajevo el 28 de junio de
1914 a manos del joven estudiante nacionalista serbo-bosnio Gavrilo Princip,
miembro de un grupo revolucionario conocido como la Joven Bosnia.
Comenzamos nuestra ruta por Hungría, visitando una de las dos capitales oficiales que tenía el Imperio, la capital del Reino de Hungría, Budapest.
Para la visita a la ciudad elegimos el Camping Arena Budapest [47.504162 N, 19.1561948 E]
Está en la misma ciudad, cuenta con muy buenas instalaciones y amplias parcelas y muy próximo a supermercados, gasolinera y a la estación del metro de Örs vezér tere cabecera de la Línea 2, que lleva al centro de la ciudad en pocos minutos.
En el cruce de las rutas occidentales, Budapest hace frontera entre la llanura de Hungría y las colinas de los Cárpatos. A orillas del Danubio, Buda se erige sobre un saliente montañoso (margen derecha), mientras que Pest está a nivel de la llanura (margen izquierda).
Budapest surgió de dos fronteras búlgaras, las fortalezas militares de Buda y Pest, situada en las dos orillas del Danubio.
En el siglo XIII, lo esencial de la red de calles de la
colina de Buda estaba ya fijado. El espacio es atravesado por cuatro calles que
se acercan y se funden al acercarse al Castillo conforme se va estrechando la
colina.
Las orillas del Danubio, unidas por una serie de puentes, son
los componentes de un paisaje, a la vez natural y edificado, muy armonioso. En
1849 se inauguró el Puente de las Cadenas, el primer puente permanente sobre el
Danubio que une Buda con Pest.
En 1873 se fusionaron Buda y Pest, creando así la nueva
metrópoli de Budapest. 
El Parlamento neogótico (1884-1904), en la orilla izquierda,
y el barrio del Castillo, que domina en la orilla derecha, son los elementos
principales del paisaje de Budapest.
En 1987, la Unesco incluyó el Castillo de Buda y las orillas del Danubio en la lista de Patrimonio de la Humanidad. En 2002, se añadió a la lista de la Unesco la Avenida Andrássy incluido el tren subterráneo del Milenio (Línea 1 de Metro a su paso por la avenida).
Nuestro siguiente destino fue Viena, capital del Imperio
Austriaco.
Para la visita de la ciudad elegimos el Área de Autocaravanas de Viena, Reisemobil Stellplatz Wien [48.13673 N, 16.31645 E]
Con todos los servicios y a 150m. de la estación de Perfektastraße
perteneciente a la Línea 6 del metro. Muy próximo al área se encuentra un
centro comercial y un supermercado SPAR.
Ciudad monumental por excelencia, Viena es sinónimo de arte y música. Ubicada sobre el río Danubio, aquí nacieron algunos de los músicos más importantes de la historia como Strauss o Schubert, siendo considerada la capital musical de Europa.
Se desarrolló a partir de asentamientos celtas y romanos para
convertirse en una ciudad medieval y barroca, pasando a ser una gran urbe
durante el Imperio austrohúngaro, cuyo legado podemos ver en muchos de los
monumentos y edificios que inundan sus calles y plazas.
El centro histórico de la ciudad fue declarado patrimonio de
la Humanidad por la Unesco en el 2001 pues reúne un vasto patrimonio
arquitectónico que se extiende desde la Edad Media hasta el siglo XIX.
Lugares imprescindibles para la visita son entre otros, el Palacio
Hofburg, la Biblioteca Nacional de Austria, la Ópera de Viena, la Iglesia de
San Pedro o la Catedral de San Esteban, el Palacio y Jardines del Belvedere,
etc.
Parques, jardines, palacios, monumentos y avenidas se alían para que la vieja ciudad imperial y la urbe moderna se den la mano para hacer de esta capital imperial una de las más bellas de Europa.
Para visitar Bratislava, la capital de Eslovaquia, decidimos utilizar el tren desde Viena. Para llegar hasta Bratislava en tren, la opción mejor y más rápida es tomar el REX (tren de alta velocidad) en la estación de Hauptbahnhof y llegar a Bratislava en aproximadamente una hora.
Los precios y los horarios se localizan en la página web de la ÖBB compañía austriaca de ferrocarriles, donde también podéis comprar los billetes de forma anticipada.
Bratislava estaba ya habitada desde el Neolítico, pero es durante los siglos V y VI cuando tiene lugar la llegada de las primeras tribus eslavas a la zona. Las primeras referencias escritas conocidas de la ciudad datan del año 907 cuando formaba parte del Imperio Moravo. Desempeñó un papel importante en el poderoso Reino de Hungría, cuando fue la ubicación de las coronaciones reales.
La ciudad se encuentra a orillas de Danubio y su parte
histórica es pequeñita y muy coqueta. El horizonte de la ciudad está salpicado
de agujas de iglesias y edificios medievales.
Una visita de un día permite conocer esta ciudad con una
población de menos de 500.000 habitantes, siendo una de las principales ciudades
europeas más pequeñas.   
La Puerta de San Miguel, el Ayuntamiento viejo, la Iglesia Azul y su castillo son sin duda, monumentos imprescindibles que ver en nuestra visita a Bratislava.
Para finalizar esta ruta por las principales ciudades del Imperio Austrohúngaro, el siguiente destino fue la ciudad de Praga, capital de la República Checa. Entre los siglos XVIII y XIX se convirtió en una de las capitales más importantes de Europa. Su casco histórico fue declarado patrimonio de la humanidad en 1992.
El río Moldava divide la ciudad de Praga en dos, separando el
Castillo y el barrio de Malá Strana de un lado y la ciudad vieja, la ciudad
nueva y el barrio judío al otro.
Entre sus principales atracciones se encuentra su Castillo, conjunto arquitectónico construido en el siglo IX, fue la residencia de los reyes de Bohemia, los emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico y los presidentes de Checoslovaquia y de la República Checa. Es considerado el castillo antiguo más grande del mundo.
El interior del complejo alberga la Catedral de San Vito, el convento y la basílica de San Jorge, el Palacio Real o galerias de pintura renacentista y barroca en las antiguas caballerizas del castillo, entre otras atracciones turísticas.
La Ciudad Vieja de Praga (Staré Město) se sitúa al este del
río Moldava. Las plazas, casas e iglesias de la Ciudad Vieja constituyen la
zona más medieval de Praga y en sus calles se concentran gran parte de
"las Cien Torres".
A finales del siglo XI, se menciona por primera vez la existencia de un mercado en la actual plaza de la Ciudad Vieja centro neurálgico de la Staré Město donde se encuentra el reloj astronómico de Praga, construido en 1410. La esfera superior de la Torre es el Reloj Astronómico propiamente dicho. Representa las órbitas del sol y de la luna.
Fundida entre estrechas callejuelas y pegada a la plaza se encuentra la iglesia de Nuestra. Señora de Týn (siglo XIV). Construida sobre una antigua iglesia románica, la iglesia es un ejemplo de estilo gótico tardío con dos torres que superan los 80 metros de altura que dominan los cielos de Praga.
Aquí termina este relato que completa la ruta de las
capitales del extinto Imperio Austrohúngaro: Viena, Budapest, Bratislava, Praga, Ljubljana, Zagreb y Sarajevo.
Ni qué decir tiene que hay muchos lugares y ciudades que
merecen la pena en el recorrido hasta esas ciudades y durante la ruta descrita, lo que permite conformar infinidad de variantes, teniendo en cuenta como siempre, nuestros intereses y el tiempo
disponible para realizar el viaje.
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