Los Balcanes Occidentales (y III). Bosnia - Herzegovina
Como destino turístico se ha enfrentado al desafío de cambiar la imagen de un país desbastado por la guerra, que aún conserva cicatrices del conflicto, por la de ser un destino turístico de naturaleza desbordante, poseer un patrimonio histórico y monumental único por su diversidad al ser un verdadero cruce entre oriente y occidente en el corazón de Europa.
Ilirios, romanos, eslavos y bizantinos. Cuatro siglos de
pertenencia al Imperio Otomano que dieron forma a la mayoría de sus ciudades y
poblaciones actuales. Su posterior pertenencia al Imperio Austrohúngaro hasta
su desaparición al finalizar la primera guerra mundial para pasar a integrarse en el Reino
de los Serbios, Croatas y Eslovenos, que tras la II Guerra Mundial se convirtió
en la la República Federal Socialista de Yugoslavia y finalmente, la guerra en
la que se vieron involucrados con serbios y croatas tras declarar su
independencia de Yugoslavia en 1992, han dejado profundas huellas en su
historia, en su territorio y entre sus habitantes.
Tras los acuerdos que pusieron fin a la guerra de su
independencia, Bosnia y Herzegovina ha quedado constituida por dos entidades, la Federación de Bosnia
Herzegovina, de mayoría bosniaca (bosnios musulmanes) y croata (católicos) y la República Srpska, de mayoría
serbia (ortodoxos).
La información turística oficial sobre el país es escasa y la
mayor parte de información de calidad se obtiene en internet o extraída de los relatos
de otros viajeros.
En esta entrada recogemos los lugares que hemos visitado, siguiendo
un recorrido de sur a norte del país.
Trebinje
Situada a tan solo 28Km. de Dubrovnik, está considerada junto
con Mostar, una de las localidades más bonitas de la región de Herzegovina, a
la que se llega cruzando la frontera por la localidad de Ivanica.
Su casco antiguo amurallado bordea las orillas del río Trebišnjica, que fluye por el centro de la localidad, donde destaca el puente Arslanagić, una muestra más de los puentes de piedra otomanos y sus antiguos molinos, en desuso en la actualidad.
La ciudad escapó en gran medida de daños durante la guerra,
pero muchos de sus monumentos y restos de cultura musulmana fueron destruidos
por los serbios, como la Mezquita de Osman El-Pasha, que ha sido reconstruida
con un aspecto exterior idéntico a la original y con su minarete de 16 metros
de altura. La original de 1726 estaba considerada una de las joyas del arte
musulmán de los Balcanes.
Para visitar la ciudad estacionamos en un parking cercano al
centro de la ciudad [42.708700, 18.342398], que permite la pernocta y es
gratuito los fines de semana y festivos.
Počitelj
Siguiendo la carretera M6 hacia el norte, se encuentra Počitelj en el valle del río Neretva, declarada Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y catalogada como uno de los conjuntos medievales mejor conservados del país tras su reconstrucción debido a los graves daños que sufrió durante la guerra.
Para realizar la visita estacionamos en el parking existente al pie de la antigua ciudad medieval [43.133701, 17.730700].
Blagaj
Pequeña población que esconde uno de los tesoros más
desconocidos del país, el conocido como Vrelo Bune, un complejo natural y
arquitectónico creado a las puertas de la cueva donde nace el río Bune, que
emerge desde una caverna kárstica a los pies de un enorme acantilado.
Dos puentes, varios molinos de agua y un 'tekija' o monasterio derviche musulmán, construido con una mezcla de estilos mediterráneos y otomanos entre los siglos XV y XVI, lo convierten en un espacio singular que merece ser conocido.
Para su visita estacionamos en el parking de pago que hay a
la entrada del lugar [43.257858, 17.896142].
Mostar
Situada a orillas del río Neretva Mostar está considerada
tradicionalmente como la capital de la región de Herzegovina.
La ciudad fue fortificada entre los años 1520 y 1566 bajo el
imperio otomano y su puente de madera fue reconstruido en piedra.
El Stari Most o Puente Viejo sobre el río Neretva, flanqueado por dos torres
fortificadas, la Torre Halebija en la orilla derecha y la Torre Tara en la
orilla izquierda, fue construido por orden de Suleimán el Magnífico y está
considerado como el símbolo nacional de Bosnia-Herzegovina. Está declarado
Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
El puente no resistió los bombardeos de las fuerzas croatas
en 1993 y cayó sobre el río, a pesar del llamamiento que había hecho la
comunidad internacional para que no fuera destruido, cobrando un fuerte
significado simbólico.
Hasta el comienzo de las obras de reconstrucción, ambos lados
de la ciudad permanecieron unidos gracias a un puente provisional construido
por los militares españoles destinados en Bosnia y Herzegovina como parte de la
misión de paz de la ONU.
Los trabajos de reconstrucción bajo la supervisión de la Unesco, se realizaron con una parte de las piedras originales rescatadas del fondo del río y cuando ello no fue posible, los bloques de piedra se extrajeron de la misma cantera local que se utilizó 500 años antes.
La calle Kujundziluk en el margen derecho del río y pegada al
puente, alberga el Antiguo Bazar de Mostar, zona peatonal donde se encuentran
numerosos puestos de souvenirs, tejedores de alfombras, artesanos del bronce,
antigüedades y pequeños cafés que sirven el típico café bosnio.
Dentro de la parte antigua de Mostar hay algunos museos muy
interesantes como el Museo de las Víctimas de la Guerra y el Genocidio.
La Mezquita Koski Mehmed-Pašina es la más grande y bonita de
las quince mezquitas que hay en Móstar. Fue construida entre 1557 y 1618. Tenemos
la oportunidad de visitar el interior de la mezquita, que cuenta con hermosas decoraciones. En el
patio hay una fuente cubierta o Sadrvan, que se considera la más antigua de
Herzegovina.
Otra mezquita muy interesante es la Mezquita Kara Oz-bey
y su patio dotado de una la fuente y las antiguas
lápidas situadas en su alrededor. Fuera de los horarios de oración se puede visitar.
El Kriva Ćuprija o Puente Torcido sobre el río Radobolja,
cerca de su confluencia con el río Neretva y su entorno, muy cerca del Puente
Viejo, es uno de los lugares más bonitos y pintorescos de Mostar.
La Bišćevića kuća es una casa turca construida en 1635. Este edificio tradicional otomano se puede visitar y en él se obtiene una buena imagen de la vida típica de la época. O el antiguo Hammam, hoy transformado en un museo dedicado al arte del baño turco.
Caminar hacia el puente Lučki Most de origen austro-húngaro, nos permite llegar a uno de los mejores lugares de la ciudad para disfrutar de la panorámica del Stari Most, el río Neretva y la ciudad antigua.
La zona del Boulevard se trata de la zona de frontera de la
guerra entre bosnios y croatas que dejó huellas que aún son visibles en una parte de los
edificios de Mostar. Varios de ellos permanecen en ruinas a propósito para
recordar lo sucedido.
Siguiendo por el Bulevar se alcanzan los principales edificios católicos de la ciudad, la Iglesia de San Pedro y San Pablo y el monasterio franciscano que datan de la segunda mitad del siglo XIX. Los edificios fueron destruidos durante los combates contra los serbios en 1992 y luego reconstruidos.
Y finalmente, la Plaza de España, una bonita plaza dedicada a
nuestro país como agradecimiento al trabajo realizado por los cascos azules
españoles en labores de protección de la población durante el conflicto,
presencia que se prolongó durante 12 años y que es recordada con cariño por la población local. Un
monumento en el centro de la plaza recuerda a los soldados españoles fallecidos
durante el desarrollo de la misión de paz.
Para estacionar y pernoctar las veces que hemos visitado
Mostar, lo hemos hecho en el parking de pago de la Torre de la Campana de la
Paz [43.338418, 17.808597], cercano al casco viejo, tranquilo y vigilado, pero sin
servicios.
Jablanica
Siguiendo hacia el norte el curso del río Neretva, a mitad de camino entre Mostar y Sarajevo, se encuentra la población de Jablanica. El valle se encuentra rodeado por las enormes cordilleras montañosas del Parque Natural de Blidinje y el Monte Prenj, conocido como el Himalaya bosnio. Un poco más adelante, la carretera bordea el lago Jablaničko, un gran lago artificial formado por el río Neretva, donde se expande en un amplio valle.
Todo el trayecto es un regalo para la vista y permite disfrutar de la naturaleza desbordante que el país atesora.
En esta zona estuvo uno de los primeros acuartelamientos de los cascos azules españoles en Bosnia.
También es famosa por haber tenido
lugar la llamada batalla del río Neretva en la II Guerra Mundial a principios de
1943, clave en el desarrollo de las operaciones de resistencia de los
partisanos de Tito contra los nazis.
A este hecho está dedicado el museo "Batalla por los
heridos en el río Neretva" que dispone de un parking propio para su visita
[43.654289, 17.759303].
Como curiosidad, la población también es conocida por su jagnjetinja (cordero asado) siguiendo una antigua tradición de asarlo a fuego directo sobre unas enormes parrillas situadas en el exterior de los restaurantes que bordean la carretera. Nosotros paramos en nuestro último viaje, en el restaurante Zdrava Voda [43.651162, 17.753731], que tiene un amplio lugar de estacionamiento para nuestros vehículos y que dispone de una amplia terraza con mirador desde donde disfrutar mientras comes, del espléndido paisaje donde está enclavado.
Sarajevo
Capital de Bosnia y Herzegovina. La ciudad es conocida por su
tradicional diversidad religiosa con musulmanes, ortodoxos, católicos y judíos,
conviviendo desde hace siglos. Debido a esta larga historia de coexistencia,
Sarajevo ha sido conocida como la “Jerusalén de Europa”. Contados lugares del
mundo pueden atestiguar que tienen una iglesia ortodoxa, una iglesia católica,
una mezquita y una sinagoga juntas en muy pocas manzanas.
Su posición central en la península de los Balcanes ha marcado la frontera entre Oriente y Occidente y es punto de conexión entre el norte de Europa con el mar Mediterráneo. Curiósamente, está considerada a la vez el punto más oriental de Occidente y el más occidental de Oriente.
Pero Sarajevo también ha sufrido el mayor asedio en la historia de la guerra moderna, cercado
por las tropas serbobosnias durante más de mil cuatrocientos días entre 1992 y
1995, que llevaron a la ciudad y a su población al límite más extremo.
El bombardeo y destrucción de su Biblioteca Nacional y Universitaria por parte de los serbios, acabando con la mitad de sus
fondos (entre ellos más de 700 manuscritos e incunables únicos), junto con el
bombardeo y hundimiento del Puente Viejo de Mostar por parte de los croatas, se
han convertido en símbolos de la barbarie de aquella guerra en el corazón de
Europa.
Cuando la visitamos por última vez en 2019, muchos de sus
monumentos nacionales y culturales habían sido ya restaurados o reconstruidos,
aunque todavía se podían
encontrar cicatrices en algunos edificios. La ciudad sigue absorbiendo, no sin
alguna dificultad, las diversas culturas y tradiciones.
Se puede y se debe visitar desde dos perspectivas complementarias: los barrios orientales turcos, su bazar, la diversidad de sus edificios religiosos y su centro administrativo y cultural de la época del imperio austrohúngaro, y el Sarajevo que recuerda y guarda las huellas de la guerra que la asoló.
Las veces que hemos visitado Sarajevo hemos pernoctado en el
Camping Resort Oaza en Ilidža [43.827999, 18.296700]
en el suroeste de la ciudad, junto al bosque de Vrelo Bosne.
Para ir al centro se debe coger el tranvía en la estación
terminal de Ilidža, que se encuentra a 15 minutos caminando desde el camping,
para coger la línea 3 (Ilidža – Baščaršija) hasta los alrededores del
ayuntamiento y del centro histórico. Hay que asegurarse de comprar el billete
antes de subir y sellarlo en las máquinas disponibles para evitar problemas.
El recorrido del tranvía acompaña al río Miljacka de oeste a
este, constituido en el eje que articula la ciudad y los principales lugares de
interés.
Recorre el Bulevar Mese Selimovica, tristemente conocido como
la Avenida de los Francotiradores, cuyas proximidades fueron tomadas al inicio
de la guerra por francotiradores serbios que disparaban a cualquier persona,
fuese civil o militar, que pasara por allí de manera indiscriminada, escondidos
en los edificios de gran altura.
Se puede comenzar el recorrido a pie desde el Puente Latino,
histórico puente otomano sobre
el Río Miljacka donde se produjo en 1914 el asesinato del Archiduque Francisco
Fernando de Austria y su esposa, provocando que Austria declara la guerra a
Serbia, lo que supuso el detonante de la
Primera Guerra Mundial.
Si continuamos hacia el este siguiendo el curso el río, llegamos a la Biblioteca Nacional o Vijećnica, construida en 1896 por la administración austrohúngara. Convertida en icono de la ciudad, fue reconstruida tras su destrucción por parte de la artillería serbia. Combina el estilo morisco español con detalles arabescos inspirados en las mezquitas.
Siguiendo hacia el norte llegamos a la Plaza de Sebilj y su fuente pública de madera de estilo pseudomorisco, también conocida como la Plaza de las Palomas, en el corazón de la Baščaršija, el centro histórico de origen otomano de Sarajevo.
En Kovači, al este de la plaza y muy cerca del centro
histórico, se encuentra Sehidska Groblje, el Cementerio y Memorial de los
Mártires, un mar de lápidas blancas donde reposan policías y soldados que
murieron combatiendo en la defensa de la ciudad. Más adelante, se
encuentra una antigua fortaleza ubicada en lo alto de la colina conocida como
el Bastión Amarillo, una zona verde amurallada desde la que se puede disfrutar
de una de las mejores vistas panorámicas de la ciudad.
Siguiendo de este a oeste la Avenida Ferhadija y callejeando
por sus alrededores hasta el monumento de la Llama Eterna, dedicada a los
partisanos yugoslavos que liberaron Sarajevo de los nazis, descubriremos lo
esencial de la ciudad.
La calle Kazandžiluk, famosa por los artesanos que trabajan
los artículos de cobre.
Moriča Han, un antiguo caravanserai, edificio rectangular con
corrala y un amplio portalón donde podían pernoctar, descansar y reponerse los
viajeros y animales de las caravanas con origen o destino en Estambul que comerciaban con productos de oriente y occidente, y que tenían en Sarajevo uno de sus lugares de paso. En la actualidad está restaurado y su
interior cuenta con varios restaurantes y tiendas de artesanía.
La antigua iglesia ortodoxa de 1540, la mezquita Gazi Husrev Begova, mezquita principal de la ciudad y la madrasa o escuela islámica de 1537. Los almacenes orientales Brusa Bezistan de 1551, un gran pasillo coronado por seis cúpulas, convertido hoy en un bullicioso centro comercial y donde en sus alrededores se pueden contemplar restos arqueológicos de diferentes épocas.
La Torre del Reloj (sahat-kula) ejemplo muy raro de reloj lunar, que indica las fases de la luna, cada día da la hora del amanecer y la puesta de sol, lo que permite a los musulmanes conocer los horarios de oración y durante el mes de Ramadán, las horas exactas de comienzo y fin del ayuno.
La catedral católica del Corazón de Jesús de 1889 y la Catedral de la Natividad de la Madre de Dios de 1868, ortodoxa y una de las más grandes de los Balcanes y el Markale, mercado de estilo neorrenacentista de 1894.
Es en esta última zona de la ciudad donde encontramos calles y
edificios que bien podrían estar en algunas de las calles de de Praga o Viena.
Frente a la Catedral católica y en el Markale, aunque hay más por toda
la ciudad, encontramos marcas rellenadas con resina roja en el asfalto de las
calles, en recuerdo de las víctimas mortales causadas entre la población civil por la explosión en esos lugares de proyectiles lanzados desde las colinas que rodean la ciudad durante el asedio y que se conocen como 'Rosas de Sarajevo'.
Cercano al aeropuerto, se encuentra el Museo del Tunel Spasa (salvación) o DB, ya que unía el barrio de Dobrinja con la localidad de Butmir.
Excavado a 5 metros de profundidad, con 800 metros de
longitud, 1,8 metros de altura y un metro de ancho, fue construido a mano
durante cuatro meses por el Ejército de Bosnia y voluntarios civiles, con el
fin de unir la ciudad de Sarajevo, cortada en su totalidad por las fuerzas
serbias, con el territorio bajo control bosnio al otro lado del aeropuerto, zona
controlada por los Cascos Azules de Naciones Unidas.
El túnel permitió eludir en parte el asedio y ser una vía de llegada de alimentos, suministros de guerra y ayuda humanitaria.
Se estima que llegaron a introducirse unos cinco millones de
kilos de comida, cuatro millones de litros de combustible y que varios miles de
personas cruzaron el túnel durante 30 meses.
En 2012 se fundó el museo en la casa de la familia Kolar, lugar
donde desembocaba el túnel en Butmir y que da cuenta del proceso de construcción
y de su utilización, donde
se puede acceder a él y recorrer los últimos metros. Si en algún lugar se puede tomar
conciencia real de lo que supuso el asedio brutal a la ciudad y sus consecuencias, es
aquí.
Si se dispone de más tiempo, se pueden visitar las
instalaciones e infraestructuras (hoy bastante abandonadas) que se construyeron
para los Juegos Olímpicos de Invierno de 1984, en las colinas que rodean la
ciudad.
Travnik
Siguiendo el curso del rio Bosna, al noroeste de Sarajevo se encuentra Travnik en el valle del rio Lašva.
La ciudad hoy está presidida por su antigua fortaleza de
imponente estructura. En la actualidad es más conocida por ser la ciudad natal
de Ivo Andrić, escritor yugoslavo que ganó el Premio Nobel de Literatura en
1961. Sus libros más famosos son ‘Un puente sobre el Drina’ y ‘Crónica de
Travnik’ narraciones históricas ambientadas en los siglos durante los que los
Balcanes formaban parte del Imperio otomano. Su casa natal es en la actualidad
un museo.
Jajce
La ciudad de Jajce tiene una bonita ciudadela medieval rodeada
de casas de estilo otomano en buen estado de conservación en la cima de la colina que hay en
el centro de la población.
Es el lugar donde se encuentran las espectaculares cascadas de 22 metros de altura donde el río Pliva desemboca en el río Vrbas y que ha sido nombrada como una de las 12 cascadas más hermosas del mundo, siendo la única cascada que está situada en el centro de una ciudad.
Para su visita existe un parking de pago en el centro, cerca
de la estación de autobuses y muy próximo a la cascada de Pliva [44.338070,
17.268780].
A unos 5Km. de la ciudad río arriba se forman una serie de lagos que se extienden más de cuatro kilómetros hacia el oeste, hasta
el pueblo de Jezero. En este lugar se encuentran los molinos de los lagos del Pliva.
Su presencia se remonta a la era otomana, cuando se utilizaban para moler los
cereales o el trigo negro. Algunos de ellos siguen todavía funcionando y están
bien conservados. En sus alrededores hay un gran área recreativa.
El lugar es idílico, rodeado de naturaleza y del sonido del
agua en un marco extraordinario. Protegidos por el Estado desde 2009, hoy son uno
de los principales atractivos turísticos de Jajce.
En el lugar existe un parking de pago [44.347500, 17.226299], pero nosotros aprovechamos para descansar un par de días en ese entorno y pernoctamos en el Camping Plivsko Jezero [44.351025, 17.226841] que cubre un área de 33.000 metros cuadrados en plena naturaleza y está situado en pleno centro del entorno natural de los lagos.
Banja Luka
Capital administrativa de la República Srpska, es la ciudad
más grande del norte de Bosnia y Herzegovina y siempre ha sido considerada una
ciudad de frontera, aunque la frontera propiamente dicha con Croacia se
encuentra en Novi Grad.
La ciudad está dividida en dos por el río Vrbas, uno de los mayores afluentes del río Sava, Camino de Jajce a Banja Luka, el río ha creado un espectacular paisaje, con abundantes cascadas y rápidos, lo que lo convierte en un lugar muy apreciado para la práctica del rafting.
Lo más significativo de la ciudad es la antigua fortaleza Tvrđava
y la catedral ortodoxa del Cristo Salvador de estilo serbio-bizantino.
Puente Mehmed Paša Sokolović
En Višegrad, se encuentra el puente que cruza el río Drina,
río que forma la mayor
parte de la frontera entre Bosnia y Herzegovina y Serbia. Construido en 1577 fue
declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 2007.
Es el protagonista de la principal obra del Nobel de
literatura Ivo Andrić, Un puente sobre el Drina que describe la
historia del puente, lugar de tránsito
entre el mundo cristiano y el islámico, donde se establece una relación a la vez plural y conflictiva, abarcando un periodo que va desde el siglo XVI, hasta principios del siglo XX.
A tener en cuenta
Bosnia-Herzegovina no forma parte de la Unión Europea, aunque la
UE designa un Alto Representante desde la firma de los Acuerdos de Paz de 1995
con la misión de supervisar y garantizar la implementación civil del acuerdo y
a la vez es el Supervisor Internacional del Distrito de Brčko que cuenta con un
status especial. Recientemente, se ha prorrogado este mandato hasta 2023.
Las autoridades fronterizas de Bosnia y Herzegovina permiten entrar sin visado a los ciudadanos españoles que viajen con el DNI o pasaporte, para una estancia de hasta 90 días. El pasaporte o DNI no debe caducar dentro de los 90 días siguientes a la fecha prevista de salida. El Ministerio de Asuntos Exteriores recomienda viajar con pasaporte.
La moneda oficial es el Marco Convertible (KM) que tiene un tipo fijo de cambio con el Euro. (1Km=0,51 euros).
Son idiomas oficiales el bosnio, el croata y el serbio. El
inglés es poco hablado salvo en en los lugares muy turísticos.
La Tarjeta Sanitaria Europea no ofrece cobertura por lo que antes
de iniciar el viaje, se recomienda disponer de un seguro médico que cubra los
gastos de hospitalización por accidente o enfermedad repentina, así como la
repatriación en caso necesario.
Los números de sus servicios de emergencia son el 122
(policía), 123 (bomberos) o 124 (ambulancia).
Las tarjetas de crédito tienen cada vez más aceptación en los comercios especialmente en las principales ciudades turísticas (Mostar y Sarajevo). En la ciudad de Sarajevo es posible obtener dinero en metálico de cajeros automáticos en algunos bancos. En muchos lugares aceptan euros, aunque realizando redondeo al alza.
El servicio de roaming telefónico es muy costoso. Las SIM con datos son una buena opción
para mantenerte siempre conectado, cuentan con un pago fijo y son muy fáciles
de usar. Nosotros hemos usado las de BH Telecom.
Desde octubre del 2020, ya no es necesario disponer de la“Carta Verde” del seguro para viajar a Bosnia y Herzegovina.
Es obligatorio circular con las luces de cruce encendidas incluso de día.
Del 1 de noviembre al 15 de abril es obligatorio el uso de neumáticos de invierno, neumáticos M+S o llevar cadenas de nieve.
Para conocer más
En 2020 se cumplieron 25 años del final de la guerra en Bosnia. Existe un amplio número de películas, documentales, libros y reportajes de prensa que ayudan a comprender este conflicto y sus consecuencias.Me atrevo a apuntar algunas recomendaciones:
En cine, ‘En tierra de Nadie’ (2001) de Danis Tanovic, galardonada con numerosos premios, entre ellos el Globo de Oro y el Oscar a Mejor Película Extranjera, con sello español, ‘Un día perfecto’ (2015) de Fernando León de Aranoa y ¿Quo Vadis, Aida? (2020) de Jasmila Zbanic, Premio Europeo a Mejor Película en 2021.
El documental ‘Gervasio Sánchez. Álbum de posguerra’ (2021) producido por Movistar+
En libros, ‘Un puente sobre el Drina’ (1945), de Ivo Andrić, ‘La
noche detenida’ (2002) de Javier Reverte y ‘La piedra permanece’ (2021) de Marc
Casals.